Somos lo que pensamos


¿Usted quiere saber como estará su cuerpo hoy?
Entonces recuerde lo que pensó y sintió ayer.
¿Quiere saber cómo estará su cuerpo mañana?
¡Observe sus pensamientos y emociones de hoy!

Somos las únicas criaturas en la superficie de la tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y sentimos. Nuestras células están constantemente observando nuestros pensamientos y siendo modificadas por ellos. Un ataque de depresión puede arrasar con nuestro sistema inmunológico, serenarse, por el contrario, puede fortificarlo tremendamente.

La alegría y la actividad armoniosa nos mantiene saludables y prolongan la vida. El recuerdo de una situación negativa o triste, libera las mismas hormonas y sustancias biológicas destructoras del estrés.

Sus células están constantemente procesando todas sus experiencias y metabolizándolas de acuerdo con sus puntos de vistas personales. No se puede simplemente captar datos aislados y confirmarlos con un juzgamiento. Usted se transforma en la interpretación cuando la internaliza.

Quien está deprimido a causa de la pérdida de un empleo, por ejemplo, proyecta tristeza por todas las partes de su cuerpo. La producción de neurotrasmisores a partir del cerebro se altera, al nivel de hormonas varía, el ciclo del sueno es interrumpido, los receptores neuropeptídicos en la superficie externa de las células de la piel se modifican, las plaquetas sanguíneas se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta sus lágrimas contienen trazos químicos diferentes de las lágrimas de alegría.

Todo este perfil bioquímico será drásticamente modificado cuando la persona encuentra una nueva situación. Estos hechos confirman la gran necesidad de usar nuestra conciencia para crear los cuerpos que realmente necesitamos. La ansiedad a causa de un examen acaba pasando, así como la depresión a causa de un empleo perdido.

El proceso de envejecimiento sin embargo, tiene que ser neutralizado cada día. Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través de su personaje Próspero dijo: “Nosotros somos hechos de la misma materia que los sueños”

¿Usted quiere saber cómo estará su cuerpo hoy?
Entonces recuerde lo que pensó y sintió ayer.
¿Quiere saber cómo estará su cuerpo mañana?
¡Observe sus pensamientos y emociones hoy!

¡O usted abre su corazón o algún cirujano cardiovascular lo hará por usted!




Las bases físicas de la ciencia son muy sólidas y creíbles pero solemos dudar con la misma vehemencia del poder de la mente. Los antiguos médicos de la India eran realmente sabios, y su principal creencia consistía en que el cuerpo se crea a partir de la conciencia.


Esto es fácilmente demostrable en hechos concretos de cada día, como ante una situación de estrés (por ejemplo, voy a cruzar el parque y me encuentro con un perro de aspecto agresivo y por eso me asusto). Este susto es un hecho abstracto, pero mi cuerpo, obedeciendo órdenes de mi mente, produce sustancias químicas (cortisona, adrenalina, etc.) para elaborar una estrategia (huir o afrontar el peligro); estas sustancias son concretas y fácilmente demostrables en el laboratorio, y todo solamente por haber tenido conciencia del peligro.Esta conciencia no se limita sólo a la mente y a algunos órganos sino a cada una de las células de nuestro cuerpo; cada una de ellas "sabe" de la existencia del peligro y actúa adecuadamente a la circunstancia, ya que la sangre que recorre todo nuestro cuerpo lleva sustancias químicas ("mensajeros") que intercomunican a la totalidad de las células por los receptores que existen en sus membranas. Por lo tanto, en el caso concreto del susto ante algún peligro (como el mencionado antes) el corazón se acelera al igual que la respiración, la vista, el olfato y el oído se agudizan (para poder huir, si es necesario), los músculos se llenan de sangre, el sistema digestivo y reproductivo disminuyen su actividad ya que no se los necesita en esa oportunidad, de la misma manera que disminuye su actividad el sistema inmune.El estrés lo experimentamos frecuentemente en el día, es un hecho fisiológico normal; superado el momento, nuestro cuerpo metaboliza los elementos creados y todo vuelve a la normalidad en un tiempo proporcional a la magnitud del evento.Pero ¿qué pasa cuando no podemos elaborar esa estrategia para evadirnos del peligro y permanecemos en ese estado de desequilibrio emocional que no podemos manejar? Nuestro sistema inmune va a seguir deprimido, nuestro corazón acelerado, etc. y cada una de las células de nuestro cuerpo va a vivir esa frecuencia desequilibrada, desordenada, inarmónica con capacidad potencial de desarrollar cualquier patología porque carece de defensa; no solamente hablo de miedos como en el caso antes citado, también nos desequilibran los rencores, odios, resentimientos, culpas y pensamientos negativos en general. Luego, si pensamos armoniosamente y vivimos en paz, vamos a crear un cuerpo SANO, PLENO Y FELIZ

Dra. Rosa Giunchi

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